En el corazón de la Ciudad de Guatemala, entre calles llenas de historia y tradición, nació un sueño: crear un restaurante que represente la esencia de la gastronomía guatemalteca. Este sueño era de Don Manuel y Doña Isabel, una pareja apasionada por la cocina y las raíces de su país. Desde pequeños, ambos crecieron rodeados de los aromas de los mercados y las recetas heredadas de sus abuelos. Manuel, originario de Antigua Guatemala, aprendió el arte de preparar pepián y kak'ik con su abuela, quien siempre decía: "Cada plato cuenta una historia, y nuestra comida debe hablar por nosotros". Isabel, nacida en Totonicapán, se especializó en la elaboración de tamales, chuchitos y atoles, aprendiendo de las mujeres de su comunidad que cocinaban con amor y dedicación.
Juntos, viajaron por todo el país, explorando desde los platillos garífunas de Livingston hasta los sabores ancestrales de Quetzaltenango y Huehuetenango. Cada viaje fortalecía su deseo de compartir con el mundo la riqueza de la cocina guatemalteca. Fue así como nació "Sabores de mi tierra" , un restaurante que no solo servía comida, sino que contaba historias a través de cada platillo. Desde el primer día, la misión del restaurante fue clara: dar a conocer los diversos sabores de Guatemala, respetando las recetas tradicionales y promoviendo la identidad culinaria del país. Más que un negocio, "Sabores de mi tierra" se convirtió en un espacio donde cada cliente podía experimentar la cultura guatemalteca a través de la comida, la música y la decoración inspirada en las telas mayas, las pinturas coloniales y los paisajes del país.
Gracias al compromiso de Don Manuel y Doña Isabel, "Sabores de mi tierra" se convirtió en un referente de la cocina guatemalteca, atrayendo tanto a locales como a turistas curiosos por conocer la riqueza gastronómica del país. La pareja se asegura de que cada platillo sea elaborado con ingredientes frescos de mercados locales, apoyando a agricultores y artesanos guatemaltecos.
Hoy, el restaurante sigue creciendo, con la misma pasión y amor con los que fue creado. "Sabores de mi tierra" no es solo un lugar para comer, sino un homenaje vivo a Guatemala, a su gente y a su cultura. Porque cada bocado es una historia, y en este restaurante, cada historia sabe a Guatemala.